La doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora del Conacyt, expuso durante su ponencia en el quinto y último foro regional “Hacia una Nueva Ley General de Ciencia y Tecnología”, que estos espacios son útiles para generar consensos y rescatar a la ciencia y tecnología en lo que se encontraba en los últimos siete años.
“Sí, rescatar. En 2017 y 2018 el apoyo que el Conacyt dio a la investigación científica fue de cero pesos y cero centavos. Es importante recalcarlo. Y el presupuesto, a pesar de que es insuficiente, que se aportó desde el Gobierno federal y el Congreso en este 2019, ha sido el mayor de los últimos siete años”, aseguró.
En su opinión es importante rescatar a la ciencia y tecnología no solo de la carencia de apoyo, sino de un “olvido inercial y de una visión simplista y mercantil donde se pensaba que se puede hacer innovación sin ciencia”.
La investigadora de la UNAM instó por un modelo de desarrollo que convoque a los sectores científicos públicos y privados pues esgrime que hay una relación dialéctica entre el crecimiento económico y gasto en investigación y desarrollo.
Para ello recordó que los datos de Banco Mundial muestran que las economías con mayor crecimiento son las que mayores recursos destinan a la ciencia y tecnología.
La investigadora acusó que la iniciativa privada en México solo aporta el 19 por ciento del total de recursos que se invierten en investigación e innovación tecnológica.
“A diferencia de lo que ocurre en otros países, en México la mayor parte del gasto de la investigación y desarrollo proviene del Estado y solamente el 19 por ciento, el más bajo del mundo, proviene del sector privado.
“En otros países la iniciativa privada aporta en promedio el 60 por ciento de estos recursos, y en países como Japón y China aportan hasta un 76 por ciento”, precisó.
Álvarez-Buylla subrayó que la transformación “del nuevo Conacyt” es armónica en los consensos de los foros nacionales, pues destaca que tanto una nueva ley general de ciencia y tecnología e innovación serán la vía para alcanzar una soberanía científica y lograr la independencia tecnológica.