En Chile, la astronomía se ha vuelto popular. Miles de personas llenan las charlas de los astrónomos, piden sus autógrafos y compran libros que son verdaderos superventas. Los padres empujan a sus hijos a estudiar esta ciencia y si hace 40 años no había ni 20 astrónomos en el país, actualmente unos 200 doctores trabajan en las universidades y en los observatorios del norte del territorio o en el extranjero. Si tradicionalmente las noticias positivas que salían de Chile estaban relacionadas al turismo, ahora el primer lugar lo tiene la astronomía. “Lo que ha ocurrido es una especie de Big Bang”, ejemplifica la doctora María Teresa Ruiz, la primera licenciada en astronomía en Chile, una celebridad y una inspiración para las niñas y jóvenes que aspiran a seguir su camino.