En el marco del fortalecimiento de las normales del país, planteado por el mismo presidente y su secretario de Educación, Esteban Moctezuma, las normales de Nuevo León siguen siendo las cajas chicas de los secretarios y subsecretarios en turno; ¡claro! Todo esto operado desde la Dirección de Normales, como lo han hecho de manera más descarada en las últimas administraciones.
Lo anterior pone de manifiesto que lo que menos importa, son los proyectos académicos (o… ¿Alguien puede decirnos cuál es la propuesta académica de las Normales de Nuevo León?), pero lo que resulta curioso, es que tampoco existe proyecto político, puesto qué hay directores que responden a distintos partidos. Tal es el caso del director de la Normal de Especialización, que responde al PAN de Fernando Canales Clariond , o el director de la Normal Superior, que responde al PRI de Rodrigo Medina.
Sin embargo, el que sin duda alguna muestra el colmillo más largo y retorcido, es el ex líder de la Sección 50, José Ángel Alvarado, quien fue diputado por el PANAL, para luego traicionar a dicho partido y sumarse a las filas del PRI de Héctor Gutiérrez.
Pues bien, Alvarado Hernández ahora ostenta doble puesto, director de Normales y director de la Normal Miguel F. Martínez, en la cual, dicha institución viene de un muy mal manejo administrativo y, lejos de dar una rendición de cuenta a alumnos y a la comunidad normalista, se frota las manos para seguir utilizando los jugosos recursos, tanto federales como estatales, al fin y al cabo lo que menos existe en las normales es transparencia.
Es evidente que la única habilidad necesaria para ser directivo de estas instituciones, es manejar con precisión el lenguaje de los negocios, como dicen los gringos: “business son business”.