Juan Eduardo, el niño que murió en Ecatepec durante un infortunado accidente mientras cuidaba de su madre enferma de coronavirus, fue recordado por su corazón noble y bondadoso.
“Era la alegría de la familia; un niño solidario y lleno de amor”, explicó Adriana, su madre, quien el viernes superó la etapa más difícil y contagiosa del Covid-19 que le diagnosticaron el 14 de marzo en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
Adriana tiene 37 años, es taxista y no sabe exactamente dónde se infectó, aunque en varias entrevistas ha dicho que pudo haber contraído el virus durante la última semana de febrero, cuando llevó a tres sujetos de origen asiático, dos adultos y un menor, del metro Ciudad Azteca a la Plaza Las Américas. Una de esas personas, resalta en las pláticas, usaba cubrebocas.
Hasta el 12 de marzo sintió los primeros síntomas de la enfermedad; sin embargo, durante el periodo entre el viaje a finales de febrero y sus padecimientos, realizó su trabajo de manera cotidiana, por lo que los viajes dentro de Ecatepec o hacia Tecámac, Valle de Teotihuacán o incluso la Ciudad de México fueron constantes y numerosos.
Para el 20 de marzo tomó la determinación acudir al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Por sus síntomas, quienes la atendieron sospecharon que tenía Covid-19 y pagó 1,492 pesos por una prueba. Después de unos días, el INER le confirmó que era portadora del Covid-19.
Desde entonces Juan Eduardo se hizo cargo de ella cuidándola y dándole de comer. Adriana reconoció que su hijo no solo la auxilió durante los 20 días de aislamiento, sino que era “el más solidario con ella y todos a su alrededor“.
“Era un buen niño, siempre con una sonrisa, feliz y amoroso. No dejo de pensar en todo lo hermoso que fue en mi vida”, explicó.
Sin embargo, el viernes 3 de abril cayó una tormenta y de forma accidental el joven se electrocutó y murió.