Sergio Pitol amaba el lenguaje, pero por una cruel ironía de la vida, en sus últimos años el escritor era incapaz de hablar debido a una afasia progresiva que le fue diagnosticada en 2009.
Su enfermedad frenó su producción literaria, pero no su amor por los libros. En su casa en Xalapa (Veracruz), en donde pasó alejado de la vida pública los últimos años de su vida, el Premio Cervantes 2005 tenía unos 10.000 volúmenes.
Fue en esa misma vivienda, de fachada color ocre y pequeñas escalinatas azules, dondeSergio Pitol murió el 12 de abril de 2018.
Ahí quedaron los recuerdos de una vida consagrada a la literatura y también de los viajes que iniciaron en su juventud y que lo llevaron durante tres décadas a lugares como Londres, Moscú, Varsovia y Pekín.