on paciencia y sufrimiento, con la maestría de Cazorla y la pegada de sus delanteros, el Villarreal consiguió una victoria tan necesaria como trabajada ante un granítico Leganés, un equipo indigesto como pocos y que en La Cerámica se propuso negar al conjunto de Calleja que en el tramo final de la temporada está consiguiendo vencer a los nervios y mostrar lo mejor de sí mismo con carácter y momentos de buen fútbol. Bacca y Ekambi anotaron dos goles balsámicos y vitales para el club de Roig que desde el palco sufrió una vez más después de que el Leganés acortase distancias de penalti asomándose el final. El Villarreal supo contener al conjunto pepinero para lograr tres puntos que le distancian del descenso y le conceden cierta paz a falta de cinco jornadas para la conclusión de LaLiga.
Nada más iniciarse el choque el VAR ratificó el fuero de juego milimétrico señalado a Chukwueze que invalidaba el gol al nigeriano, perfecto en la definición tras un pase largo de Cazorla. Protegido con una línea de cinco defensores, el Leganés cedió la iniciativa al Villarreal al que le negaba los espacios interiores y le imposibilitaba correr. El conjunto de Calleja requería de tranquilidad para desmontar el andamiaje pepinero. Con Cazorla a los mandos, el esférico y la intención correspondían al equipo amarillo permanente instalado en la parcela del Leganés que se defendía con todo.